sábado, 2 de enero de 2016

Aquí volvemos

Feliz tarde de año casi nuevo, queridos lectoras y lectores,
la Orden se congratula de daros a conocer una buena noticia, aquí os dejo el titular:


Jaime II de Aragón se recupera favorablemente de su enfermedad

Hablamos con Arnau de Vilanova, su médico particular


La medicina en la Edad Media tuvo importantes avances, sobre todo en la medicina árabe, heredera de las raíces griegas, pero siempre limitada por un componente ideológico-religioso, como consecuencia de la vivencia en un mundo donde la muerte estaba siempre presente. De esta manera, se desarrollaron distintas técnicas y tendencias en función de la coyuntura en el que los médicos desarrollaban su actividad. En el mundo cristiano, el miedo a la muerte desembocó en el refugio en los ritos y creencias sobrenaturales para el tratamiento de determinadas enfermedades, como consecuencia de la visión de Jesucristo como un salvador milagroso, de manera que el cristianismo actuara de la misma forma sanadora con los enfermos. No obstante, al igual que otros sectores de la ciencia, la medicina encontró su refugio en los monasterios, y empezó a enseñarse en las universidades a partir de Carlomagno, como es el caso de las universidades de Oxbridge. La medicina monástica se encargó de conservar y traducir los textos clásicos, pero a partir de los Concilios de Reims (1131), de Tours (1163) y de París (1212), las actividades médicas de los monjes primero se acabaron prohibiendo. La medicina árabe fue también imprescindible, dejando una extensa bibliografía médica y centros de enseñanza médica, como en la Universidad de Jundi Shapur (Irán). Además, se encargaron de mantener el ejercicio de la medicina separado de la religión en los tiempos en los que en Europa era un monopolio de los clérigos.

En el caso de la noticia, Arnau de Vilanova fue uno de los médicos más importantes de la Península Ibérica en el siglo XIII, dejando obras como Regimen Sanitatis ad regum Aragonum y Medicinalium introductionum speculum. Trabajó como médico para la corte real aragonesa, llegando a tratar a Pedro el Grande, Alfonso III y Jaime II, el protagonista de esta historia. De esta manera, me he basado en los tratamientos médicos más comunes en la Edad Media para tratar esta noticia en particular, no determinando ninguna enfermedad en concreto pero basándome en síntomas comúnmente tratados con sangrías y purgas. De esta manera, en el Medievo se conservaba la creencia en la teoría de Hipócrates de los cuatro humores (colérico, melancólico, sanguíneo y flemático), de manera que se realizaran determinadas acciones que restauraran el equilibrio humoral de la persona. Así, Jaime II de Aragón podría sufrir hipotéticamente de una infección de una herida, que habría de ser tratada mediante la aplicación de sanguijuelas para provocar sangrías y un control de la dieta del monarca. La flebotomía eliminaría el exceso de humor del rey y la dieta evitaría que se siguiera reproduciendo un exceso de humor a través de los alimentos. Al margen de los tratamientos médicos de Arnau de Vilanova, el rey también acudiría a un tratamiento religioso basado en las oraciones y peticiones para su curación. 

De izda. a dcha.: Jaime II de Aragón (retrato del s. XIX), Arnau de Vilanova y monjes enfermos bendecidos por un sacerdote (letra C capital del manuscrito del s. XIII Omne Bonum) Fuente: wikipedia

Por su parte, Jaime II fue rey de Aragón y Valencia, conde de Barcelona y heredó el reino de Sicilia, caracterizando su reinado su política bélica externa y la consolidación interna del reino de Aragón. Respecto a su sepultura, siguió el modelo de la de su padre, Pedro III de Aragón, y fue enterrado con su mujer, Blanca de Anjou. Su sepultura fue atacada en 1836, siendo abierta, trozeados los cadáveres de los reyes y paseados por el Monasterio de Santes Creus. Mientras que el cuerpo del rey fue destrozado totalmente, el de la reina pudo ser recompuesto, y en el año 2010 se reabrió la sepultura con el objeto de estudiar la anatomía de la misma. Los estudios de antropología física han determinado la existencia de un cuerpo de entre 25 y 30 años de edad, de 1,50 metros de altura y que murió durante o poco después de dar a luz, según ha revelado el análisis de su zona abdominal. Asimismo se hallaron los restos coxales de un segundo individuo, probablemente el rey Jaime II, y una tibia, un húmero y una mandíbula que podrían pertenecer al infante Ferran, que podría haber sido trasladado a la tumba de sus padres con posterioridad. 

Interior de la sepultura de Jaime II de Aragón y Blanca de Anjou. Fuente: Heraldo

Bibliografía

-García Ballester, L. (1982): Arnau de Vilanova (c. 1240- 13 1 1) y la reforma de los estudios médicos en Montpellier (1 309): El Hipócrates latino y la introducción del nuevo Galeno, Acta Hispanica ad Medicinai. Scientiarumque Historiam Illustrandam. Vol. 2, pp. 97-158.


Seguiremos informando.

María, hija de Rui, la primera de su nombre.

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